EL ÚLTIMO GRAN GOLEADOR

Se retiró el máximo goleador de la selección Argentina, símbolo de los argentinos luego de Maradona. Gabriel Omar Batistuta, embajador del gol en el mundo.
El reposo del guerrero. Así definió Bati su estadía en medio oriente, más precisamente en Qatar. Después de su salida poco prolija de la Roma y la presión injusta de los medios italianos por su rendimiento, el delantero decidió emigrar hacia un nuevo horizonte de billetes verdes y más verdes. Lujos de aquí y lujos de allá. Como para cerrar una carrera con más flores que las que cosechó. Si bien se veía venir el anuncio del delantero por su poca competencia en ese torneo y sus pocas ganas de entrenarse (se enteraba del rival en la cancha), muchos pensaban y hasta soñaban con verlo retirándose en la Bombonera y con la de Boca en el año de su centenario. Hubiera sido demasiado. ¿Se acuerdan de la experiencia Balbo? Otros tal vez insinuaban que la Fiorentina sería nuevamente su hogar y sus hinchas podrían disfrutar de sus goles, aquellos que los mal acostrumbraron durante 10 años. Sí, vuelve a Florencia, pero para instalarse allí.
Atrás quedaron su debut en Newell´s; River y Passarella con una segunda parte continuada en la selección; Boca, su gran amor; Fiorentina, su despegue; Roma, título incluido y Qatar, bolsillo lleno y descanso. A no olvidarse de su enorme paso con la celeste y blanca, ésa que supo vestir con creces y honor cada vez que le tocó, ya sea con Basile, Passarella o Bielsa. Goleador histórico de la selección y tal vez el hombre más identificado con los argentinos después de Maradona. Claro, el Cholo suma unos porotos por personalidad y carácter. Pero, ¿quién no gritó alguna vez un gol de Bati? ¿Quién no tuvo la sensación de que los mano a mano eran goles hechos? ¿Y los tiro libres, penales? Bue, pavada de delantero.
El fútbol argentino pierde a uno de los referentes más importantes que ha tenido en los últimos años, pero hay que ser agradecido y decirle gracias por tanta gloria, tanto fútbol y por los goles desplegados por el mundo. No te vayas nunca, Batigol.