DIFERENCIA DE MANEJO

Llegar a una final de Copa Libertadores es el anhelo de todo equipo sudamericano. Y más para quienes han tenido el gusto de poder levantar dicha copa. Ese es el caso de Boca, que de la mano de Falcioni logró sortear las diferentes etapas y se midió con el Corinthians, justo campeón. Es verdad que el xeneize no apareció en cancha y que después de eso se vino una deblace en el desarmado del plantel con Riquelme a la cabeza.
Pero hay ciertas cosas que hay que remarcarlas. ¿Qué pasa cuando un jugador ya está vendido a Europa y sólo le resta jugar una final para irse campeón? Seguramente todos querrían tener ese privilegio. Y acá quiero restarle un punto a la dirigencia de Boca, que sabiendo que Roncaglia ya estaba arreglando su contrato con la Fiorentina (dicho sea de paso quedó libre por no arreglar contrato) no se pudo hacer cargo del seguro que se preveé en estos casos por si llegara a lesionarse. Digo, tanto la dirigencia que no logró una cotización acorde a último momento y dejó al técnico sin un jugador que le daba contención y hasta gol (hizo uno en la Bombonera en la final de ida) como el propio central devenido a lateral derecho tienen culpas. Roncaglia mismo debería, ante semejante reto, asumir el riesgo de exponerse a jugar. Porque al fin y al cabo terminan demostrando que es esto es un nefasto negocio entre las partes y que sólo importa la plata y no la gloria deportiva. Su presencia no garantizaba la obtención del título, pero sí la despedida ante su gente y el final de un ciclo para todos que terminó antes para el propio santafesino. Ah, me olvidaba, Roncaglia ya había tenido un paso por Europa jugando en el Espanyol de Barcelona.
En la vereda de enfrente estamos ante la contracara. Una dirigencia que quizá no tenga más experiencia que la de Boca pero que se movió de mejor manera. Logró cerrar una venta anticipada de una de las joyitas del club, Valentín Viola. 5 millones de dólares para un jugador de 50 partidos es un dineral hoy en día. Y ya habiendo cerrado todo de palabra con los portuguses del Sp. Lisboa, el delantero tuvo presencia en la final para el conjunto de Zubeldía. Que no ganó la copa, está bien...pero pudo irse con la frente en alta y despedirse con un gol que recordará por siempre.
Las situaciones son similares, pero hay que aprender de ciertas cosas para no afectar a los planteles, restarles jerarquía, no poder por encima de la gloria los billetes extranjeros. ¿Recuerdan algún caso en que un jugador vendido se haya lesionado y se cayera su pase? Las posibilidades están, pero si no es ahora, será más adelante. Las cosas pasan por algo y hoy en día el tren pasa varias veces con los mercados que se abren, los representantes y la realidad marca que no hay que tener un gran nombre para cruzar el charco. Con uno o dos campeonatos buenos, el ticket de ida está a la vuelta de la esquina.